sábado, 10 de diciembre de 2011

Los gliptolitos de Ica


Entre los inexplicables grabados de las piedras de Ica se pueden ver transfusiones de sangre e incluso trasplante de órganos, además de constelaciones y otros avances que trascienden la época.

En 1961 unas extrañas piedras (Gliptolitos) con sorprendentes grabados en sus superficies fueron encontradas por campesinos en un depósito oculto bajo las arenas del inmenso desierto de Ocucaje, en la costa del Departamento de Ica, Perú.

Posteriormente, en 1966, el médico Javier Cabrera Darquea recibe de regalo desde un amigo una de estas extrañas piedras, lo que despierta su curiosidad. En sus propias palabras señala que “descubrió que estas piedras eran parte de un extraordinario archivo lítico de hechos humanos que trascendían el espacio peruano y el del planeta, así como no cabían en el tiempo geológico que los científicos habían asignado al origen y evolución del género humano”. En su museo, él rescató del olvido más de 15.000 de estos “testimonios pétreos”.

Poseen diferentes tamaños (hasta un metro) peso (20 g a 500 Kg) y colores (gris, negro, amarillas y rojizas). Son del tipo de andesitas, no muy duras y oxidadas en su superficie. Estudios de Carbono 14, solicitados a la Universidad Autónoma de Madrid en el 2003, por los investigadores españoles Félix Arenas y María del Carmen Olázar arrojaron, en algunas muestras, una antigüedad de entre 60.000 a 100.000 años.


Piedras Polémicas

Este descubrimiento, no exento de una gran polémica ya que remecería lo que hasta ahora la ciencia ha señalado, estaría afirmando que hubo coexistencia del Hombre con el Dinosaurio, por lo que nuestra antigüedad se remontaría al menos a 60 millones de años a diferencia de los 40 a 250 mil que la Paleontología establece.

Imágenes Grabadas

Entre los grabados se pueden ver en 205 de estas piedras el ciclo reproductivo completo de un pez primitivo, sin maxilares que desapareció hace unos 200 millones de años. En otras se aprecian imágenes de transfusiones de sangre de mujer embarazada e incluso trasplante de órganos (riñones, corazón). Hay una que muestra una aplicación de anestesia por gas en una operación de cesárea; otras que muestran, por inverosímil que parezca, trasplante de hemisferios cerebrales, el uso de energía electromagnética, pirámides, viajes por el espacio, hombres que miran las estrellas con catalejos, que miran unos petroglifos o fósiles con lupas, mapas estelares, mapas de la Tierra tal como estaba hace 13 millones de años.

Constelaciones

En otras piedras grabadas se aprecian 13 constelaciones, las ya tradicionales y una extraordinaria que es la constelación de las Pléyades. Estas 13 constelaciones corresponden al Zodíaco Babilonio que usaba esta forma de registrar el paso de nuestro planeta por la bóveda celeste. En la actualidad, las Pléyades está incluida en la de Tauro.

Falsificaciones

Se detectaron falsificaciones que realizaban artesanos de la zona y que frente a investigadores independientes mostraron cómo las hacían sin embargo, también, ante los micrófonos de un canal español, uno de estos artesanos señaló que tuvo que decir que él las falsificaba porque si no se iba a la cárcel acusado de tráfico de reliquias arqueológicas. Además, son miles de piedras, de una complejidad asombrosa que difícilmente un artesano, sin el conocimiento suficiente, hubiera podido crear.

Llama la atención que un número importante de piedras son de temas médicos o científicos, en ningún caso religiosos pero sí eróticos. Siendo Javier Cabrera médico cirujano y perteneciendo al mundo científico, todos los temas de las piedras podrían ser perfectamente bien manejados por él.

Por otra parte no se puede acusar al Doctor cabrera de ganar dinero con ellas, ya que él jamás vendió ni una sola de estas, sino que por el contrario, hizo uso de su propio dinero para conseguirlas y divulgar este hallazgo, lo cual lo llevó a ser difamado y ridiculizado. ¿Por qué alguien querría ser sometido a una situación así? ¿Qué gana? ¿Renombre? Puede ser pero hasta ahora la polémica continúa.


Terremoto


En agosto del 2007 se produjo en la zona sur del Perú un terremoto grado 7,9 en la escala Richter que dejó el museo del Doctor Cabrera en un estado lamentable destruyéndose algunas de las piezas de la colección.

Si bien al Doctor Cabrera (fallecido 30/12 2001) se le reconoció su dedicada y extensa labor al estudio y comprensión de este llamado tesoro de la humanidad, la comunidad arqueológica no ha prestado el debido interés por estudiar en detalle lo que hay en ellas, tomando más bien una actitud distante, incluso algo displicente, actitud que he de suponer se debe a que al mundo científico le resulta difícil cambiar sus paradigmas y nadie desea con mucho ahínco ir en contra de lo que se ha repetido por años. Pero así no se avanza. El pasado de nuestra humanidad sigue siendo un misterio y si no hay un real interés por plantearse la posibilidad de intervención de visitantes de otros mundos, difícilmente encontraremos ese tan buscado “eslabón perdido”.

Por Patricio Valenzuela.

Fuente: emol. 5 de Diciembre de 2011.